F.U.T.B.O.L.

Hei hei!

Los que me conocéis bien sabéis que soy un atleta nato. Pero mi físico envidiable no es fruto sólo de poseer un genotipo extraordinario, sino que también influye la práctica continuada de deportes variados. En mi dilatada carrera deportiva he practicado actividades tan variopintas como el piragüismo, buceo, pesca, ciclismo, artes marciales variadas...

Pero de entre todos los deportes, sin duda es el fútbol es el que más me gusta. El deporte Rey, el que hizo grande a Maradona.



El fútbol me ha dado mucho. Han sido multitud de buenos ratos vividos siempre entre amigos. Atrás quedan inolvidables momentos futbolísticos a lo largo de más de dos décadas de carrera. Entre ellos, destaco:

-Los inicios en el Prosevi Arena. Si ibas al suelo, adiós al pellejo de la palma de las manos y/o de las rodillas.

-Las dos finales consecutivas ganadas en el pabellón de los Escolapios de Montequinto (Rafa, espero las fotos desde hace más de 15 años, malandrín!).

-Actuaciones memorables en la liga interna de Biología, como cuando jugué lesionado porque íbamos sin cambios, y marqué 4 goles y dí una asistencia para el 7-2 final.

-Debut internacional defendiendo la sagrada remera albiceleste en el campeonato de la CIUP en Paris.

-Un mítico partidito con los primos colombianos en una playa del río Ari-Ari en Granada Meta.

-Duelo intercontinental en una inolvidable cancha de césped a los pies de los Alpes en Suiza (donde nos colamos canallescamente a jugar), durante el Babieca Tour 2005.

-La tremenda victoria a domicilio frente a los USA (esta vez defenciendo a España) en Westport (Massachussets) en la boda de Ángel y Abby.






Aunque a veces los amigos pueden llegar a ser un poco cabrones. Atencion a la secuencia de imagenes del partido de mi despedida de soltero:






Desde mi llegada a Finlandia sólo había tenido la oportunidad de practicar deportes de invierno. Es lo que tiene venir en Febrero a un país que tiene un tercio de su territorio dentro del círculo polar. Como ya visteis en entradas anteriores, por estos lares he probado el esquí y el patinaje sobre hielo. Pero ahora, con la llegada de las temperaturas sobre cero y de la primavera Turkulainen, al desaparecer el hielo se abre la veda de los deportes de verano.

Desde hace un par de semanas me junto con una mini-comunidad de españoles que andan por Turku. Esta semana he conocido a un cordobés que va a pasar aquí 3 meses de estancia de tesis, y trabaja en la misma planta que yo. Y la gente de su grupo juega al fútbol todas las semanas (cuando no hay hielo), y mañana debuto con ellos.

Pues ya os contaré como va la cosa. He decidido escribir el día antes porque posiblemente me lleve varias jornadas el recuperarme de las agujetas. Y es que uno ya no es un chiquillo, cuando se pasan los 30 el cuerpo no se recupera igual. Insisto, aunque tenga este físico perfecto, también soy humano.

Lo mejor de todo es que al fin voy a darle utilidad al regalo que me hizo la doctora y amiga Marikerstin K. antes de que ambos emigráramos de Sevilla. Un libro con vocabulario futbolero en 7 idiomas! Lamentablemente no está el Suomi, pero seguro que algo utilizo. ¡Observad la grandeza, oh plebeyos, de la unión de las culturas gracias al fútbol!






La duda que me viene ahora: ¿qué me pongo mañana para jugar? En los pies lo tengo claro: unas botas que me he comprado hace un rato, gracias al MacNífico sueldo que me dan aquí. En las patas, unas mallas largas debajo de las calzonas (se esperan 4ºC mañana a la hora de la pachanga). Pero por arriba, ¿remera de selección o de equipo? ¿Colombia? ¿Chile? ¿Argentina? ¿Sevilla FC? ¿Millonarios?





La respuesta, dentro unos días en su blog favorito, después de las agujetas.

Moi moi!