Paquetes

Hei kaikille!

La última entrada la comencé hablando del doblete ensayo-sauna, pero ahí se quedó la cosa. Hoy voy a detallar el tema algo más, sin censura, a caraperro. Ahí vamos.

Algunos de los seres humanos lectores de este MacNífico blog habeis vivido en paises nórdicos, y sabiamente habeis apuntado en los comentarios que por aquí por el norte la gente no usa bañador en la sauna. Este es un tema que hasta ahora yo había preferido torear hábilmente. Pero ya está bien. Al pan pan, y al pito pito. Debo reconocer que sí es verdad, que aquí lo normal es estar en la sauna en pelotaris (o "pelados" para los colombianos). Incluso muchas tienen en la puerta un cartelito con un bañador tachado, prohibiendo el acceso con ropa de baño.

Desde que vivo en Suomi, he ido a saunas al menos una vez por semana. A todas las que había ido eran unisex, es decir, que estaban separadas con los niños a un lado y las niñas a otro. Hasta el lunes pasado, cuando tras el ensayo fuimos a la sauna varios de los músicos/as a relajarnos tras haber estado preparando duramente el concierto de la semana que viene. Yo llegué de los primeros, y como estábamos sólo machos (aunque macho ibérico solamente era yo) pues empecé a quitarme la ropita. No toda, porque hay algo que me ha enseñado la vida y es a no ser nunca el primero, siempre hay que dejar a otro antes a ver que pasa. Y dos de los notas se desnudaron tranquilamente antes que yo. Cuando ya iba a proceder a "pelarme", resulta de que llegaron dos niñas de la banda. Me quedé expectante por si se iban al otro lado o algo, pero no, se quedaron allí, charlando alegremente en sueco con los otros que ya estaban despelotados. Y yo que soy un firme seguidor del refrán "allí donde fueres haz lo que vieres", pues ni corto ni perezoso me desvestí y participé relajadamente en la amena charla que estaban teniendo. Las niñas se quitaron también la ropa, y fuimos a seguir conversando tranquilamente dentro de la sauna.

La verdad es que en ningún momento me sentí incómodo con la situación. Es lo que tienen los ciudadanos de países desarrollados, que son capaces de separar el desnudismo de la guarrez y la eroticidad, y tomárselo con naturalidad. Yo ya estoy adaptado, y desde ahora siempre entro a la sauna in balls. Así que prepararos psicológicamente los que tengais pensado venir de visita a Finland.

Y tras haberos hecho esta confesión, quiero hablaros de los paquetes. Sí, ya sé que al hablar de hombres en cueros, la palabra "paquete" adquiere un significado pecaminoso, y sé que las lectoras del blog ya andan preguntándose si voy a hacer un análisis de cómo anda el mercado varonil finés, pero no, del paquete que yo quiero hablaros es de este:


Y como ya sabeis que me gusta ir palante y patrás, ahora viene el tradicional flashback narrativo, que gracias a Muchachada Nui me he enterado que se llama ¡¡¡ELIPSIS TEMPORAAAAAARL!!! y que da mucha hambre.

Cuando me mudé a Finland me traje solamente mi trompeta con campana de cobre, la cual es guay para hacer solos y tocar músicas como el funk, jazz, donde el sonido no es lo más importante. Además siempre había sido el único trompeta, por lo que podía hacer lo que me salía de los webbers. Pero como ahora somos 4 y hay que seguir las partituras al pie de la letra, no me vale mi amada copper-bell trumpet. Entonces le pedí a mi madre que me mandase por correo mi otra trompeta, la que es ortodoxa y vale para tocar en una sección de viento en condiciones. Y mi madre me la mandó. Me llegó el martes, pero no venía sola. My mother, aprovechando que el maletín era espacioso, tuvo a bien aprovechar los recovecos para aliñar el envío con esto:


¿Qué os parece? Masterpiece! He empezado por el salchichón ibérico. El jamón lo he dejado para más adelante, prefiero ir comiéndomelo poquito a poco, no vaya a ser que si me lo como todo ahora me de una sobredosis ibérica o algo. ¡Hay que dosificar los bienes escasos!
Si sois observadores, vereis como además de productos del cerdo ibérico en el paquete venía un delantal de Estrella del Sur (que ya he estrenado), y un marco con una foto de la Virgen de la Peña, de la Puebla de Guzmán (Huelva). Y otras cositas para la decoración de la casa que prefiero no sacar a la luz pública porque me da cosica.

¡Mamá, te agradezco infinito el envío! Ahora sí, que sepas que la Virgen de la Peña me ha rayado la campana de la trompeta.
Agradezco también a la Casa de Castilla y León (frente a la puerta 11 del estadio Ramón Sánchez Pizjuán, ¡hay que ir!) que seguramente habrá hecho su aportación. Lo disfrutaremos con salud. Y cuando vengan los Beckham a la casa (ya sabreis que andan por Turku), les sacaré una tapita de jamón, y luego me los llevaré a la sauna...

Moi moi!