sábado, 29 de mayo de 2010

En la casa de verano

Moikka!

Es tradición en Finlandia tener una casa de verano. Toda familia que se precie (y que se lo pueda permitir) tiene una, normalmente situada al borde de uno de los 190.000 lagos del país, o en una de sus 180.000 islas. Dicen que cuando compran el terreno lo primero que construyen es la sauna, y después ya si eso si sobra dinero pues hacen la casa al lado.
Una vez que uno está inmerso en la cultura finesa se da cuenta de que este dato no es nada extraño, conociendo la importancia social que posee la sauna. Ya os hemos contado previamente en este nuestro blog como por ejemplo cuando llega un nuevo miembro al trabajo lo primero que se hace es ir en grupo a una sauna (o a un avanto si es invierno) para socializar al recién llegado. O si se organiza un meeting, reunión, curso, congreso... con gente de otras partes, el programa incluye sí o sí una visita común a tan sacro lugar. E igualmente si uno se hace una casa de verano, la sauna no puede faltar. Lo guay de estas es que mientras que las urbanas son eléctricas, las saunas de la casa de verano suelen ser de leña.




Las fotos corresponden a la sauna de la casa de verano de la jefa del departamento para el que ahora trabajo, donde estuvimos el viernes pasado. Y es que parece que es tradicional que todos los años por estas fechas la jefa invita a la gente que trabaja con ella a pasar un dia en su summer cottage, antes de las vacaciones veraniegas. Ha estado muy bien. Es una casa de madera situada en la orilla de un lago, a unos 60 km de Turku. En finés madera se dice puuta, y lo siento pero no puedo reprimirme a hacer el chiste de "es una casa de puuta". Todo es de madera, y no me extraña porque está en medio de un bosque bastante impresionante. Por lo visto la ley exige no talar demasiado el entorno de la casa, ni siquiera en la orilla del lago, por lo que a pesar de que el lago está rodeado de casas de madera (no hacer chiste, no hacer chiste...), estas casi no se ven, quedando tapadas por la frondosa arboleda.
Ademas de la sauna, todas estas casas de madera (evitar chiste, evitar chiste...) tienen una especie de pequeño embarcadero para bañarse en el lago. Adjunto otra serie de fotos para que os hagáis una idea del entorno.




Ahora que conocéis el entorno físico, vamos con el plano humano.
El viernes quedamos a las 12h del mediodía para salir todos juntos desde donde trabajamos. Llegamos cerca de la una a la casa, y comenzamos a preparar el tinglado. La dinámica fue sencilla: lo fundamental al llegar es encender la barbacoa y la sauna. Cuando llegaron todos, como éramos muchos para lo que había que hacer, unos cuantos decidimos armarnos de latas de cerveza y/o sidra e ir a dar un paseíto por el entorno hasta una zona cercana donde habían manzanos en flor. Por el camino vi un campo de fútbol de ensueño, donde no me importaría echar una pachanguita de vez en cuando. Los bosques son muy bonitos, llenos de helechos y de musgo. Hay principalmente coníferas y álamos. Luego volvimos por el mismo camino para reponer fuerzas tras la caminata.








Una vez de vuelta a la casa de madera (no hacer chiste, no hacer chiste...) comenzamos a almorzar. Eran prácticamente las tres de la tarde, los que es casi la hora de la cena por estos países. Tras llenar el buche, el plan era meterse en la sauna e ir al lago a bañarse, en ciclos sucesivos.

Aprovecho la primera foto para explicar algo sobre la técnica saunistica que todo aquel que venga a Finlandia debe saber. Si observáis con detalle la sauna de la foto, arriba a la izquierda tiene una especie de tapa y abajo un grifito. Eso es un deposito para echar ahí agua y que se caliente. Aparte, se coge en barreños agua fría del lago para echar sobre las piedras y aumentar la humedad ambiente, que debe ser lo mas alta posible. Ademas, se mezclan el agua fría y la caliente hasta una temperatura apropiada y se ponen en otro barreño donde se sumergen unas ramas de un árbol de la zona, que es con lo que uno se fustiga la espalda y las piernas para favorecer la circulación y para dejar un agradable olor en el ambiente. Así, esta ha sido mi primera experiencia en sauna de fuego de verdad y con ramas aromáticas para auto-flagelarse.

El tiempo no fue lo bueno que habríamos deseado, pero tampoco estuvo tan mal. Es muy refrescante salir de la sauna todo sudado e ir a tirarse al lago. Hubo un rato en que se puso a llover levemente, y coincidió que yo era el único en ir para el agua en ese momento. Lo disfruté muchísimo. Fue un momento mágico, allí solo en el lago, viendo las gotas de lluvia caer mansamente a mi alrededor, formando dulces ondas concéntricas sobre la superficie del lago. Suerte que apareció por allí mi nuevo jefe, que es fotógrafo aficionado, e inmortalizó el momento con su cámara reflex.




Aparte del momento en el agua bajo la lluvia, destaco el rato musical que pasamos sobre el embarcadero Andrea el italiano con su guitarra acústica y yo con mi mítica trompeta copper bell. Ya era tarde y hacía algo de rasca, la gente se había quitado el bañador y estaba empezando a comer de nuevo, por lo que nosotros aprovechamos para pillar nuestros instrumentos y unas birras y retirarnos a improvisar un poco sobre el lago. Era la primera vez que tocábamos juntos. Como tenemos gustos y raíces musicales diferentes, nos costó un tiempo compaginarnos. Pero al final conseguimos alcanzar el groove y sacar un par de temas nuevos para nuestro próximo disco. Tranquilos que nuestras canciones las difundiremos gratuitamente por internet para no darles ni un céntimo a los ladrones de la SGAE.
De nuevo apareció mi jefe con su cámara e inmortalizó el momento one more time. Tres artistas reunidos. Uno de la guitarra, otro de la fotografía, y otro de la trompeta y del balón.





Y eso fue todo lo destacable del evento. La mayoría se fue el mismo viernes, menos unos cuantos que nos quedamos a dormir. Tampoco fue la gran fiesta: jugamos a las cartas, comimos, bebimos, nos metimos en la sauna, nos íbamos a meter al lago pero nos arrepentimos cuando metimos los pies en el agua, y luego a la cama. Y al día siguiente, a recoger y para Turku de nuevo.



Hasta la próxima, amigos!

domingo, 23 de mayo de 2010

Turku Tropikal parte 2: la PLAYA!

Aloha!

Seguimos de verano tropical en Turku, hasta hoy. Para aprovechar el último día de buen tiempo por ahora, ayer estuvimos por primera vez en Ruissalo, una isla pegada a Turku donde hay una playa y unos paisajes muy bonitos. Desde que llegué a Finlandia me habían recomendado ir a ese sitio. Ha costado casi 4 meses de espera para tener un hueco en la agenda y que coincida con buen tiempo, pero ha merecido la pena.



Habíamos quedado allí con la comunidad de Erasmus turkulainen que conocemos, que por algún misterioso motivo está compuesta principalmente de españoles, franceses y checos. Como ellos habían estado de fiesta el día anterior (de botellón!), decidieron ir en autobús. El Juan er cordobé y yo preferimos echarle webbers e ir en bicicleta, porque nos habían dicho que eran solo 45 minutos y que el camino merecía la pena. Al final fue como una hora de pedaleo, pero sí que es verdad que no nos arrepentimos para nada. Fuimos por el lado sur de la isla, atravesándola entera hacia el oeste dejando a nuestra izquierda el mar que hay entre Turku y Ruissalo. Se ajunta videito editado para que apreciéis parcialmente la belleza del lugar. Como suele pasar, el material gráfico no hace justicia a la realidad, pero al menos sirve para hacerse una idea. Atención al pelazo que me asoma bajo la gorra de Cobreloa.
La música del video va especialmente dedicada a mis compis del IBVF :D



El camino lo hicimos a la primera y sin perdernos mucho, tan solo ayudados por un mapita, como se hacían las cosas en el siglo pasado, cuando no había GPS ni nada. Durante los trayectos de ida y vuelta, algunos finlandeses (principalmente viejunos) se pararon espontáneamente a ayudarnos al vernos parados consultando el mapa.

Lo que mas me impresionó es que pasan unos ferrys inmensos por allí al lado, entre la isla y el continente. Son gigantescos! Vienen sobre todo de Estocolmo y Tallin, y es un espectáculo verlos pasar, sobre todo cuando estas tranquilamente viendo a los paticos y oyendolos graznar, y al levantar la vista te encuentras con un peazo barco de 10 plantas que parece que va sobre la hierba. Impressive!



Tras el bello viaje a lomos de mi fiel Nandibici llegamos a la playa, lógicamente antes que la mayoria de Erasmus, que estaban de resaca y muchos fueron apareciendo a lo largo de la tarde. El plan era celebrar allí el cumpleaños de dos de ellos haciendo una barbacoa. Pero por lo que pudiera pasar, el Juan y yo nos llevamos la tradicional tortilla de papas y unos bocadillos de salchichón iberico con aceite de oliva. Alimentación patria al 100%! Y menos mal porque la barbacoa empezo tardisimo y era una para un viaje de gente, ya que los erasmus son organismos gregarios y tienden a arrejuntarse en grandes aglomeraciones. Es lo que tiene la veterania.

La playa es muy chula, con arbolitos alrededor, y como no puede ser de otra forma en Finlandia, con su sauna y su rampita para en invierno bañarse en el hielo (avanto!). El agua bastante fria, porque no olvidemos que es el mar Baltico. No hay mareas ni casi olas, solamente se movía el agua cuando pasaba alguno de los barcos gigantescos por enfrente.





Y así echamos el diita la mar de agusto, paseando en bicicleta, tomando el sol, bañándonos en agua fresca, ingiriendo alimentos ibéricos, y conversando con los alegres erasmus. Luego para atrás de nuevo en bici, otra horita pedaleando de vuelta a la civilizacion, a tiempo para ver la final de la Champions en el Pikku Torre.

Y hasta aquí la segunda entrega de Turku Tropikal. Tengo en mente una tercera para completar la trilogía, a ver si tengo otro rato para escribirla.

Moi moi!

lunes, 17 de mayo de 2010

Turku Tropikal, Parte 1: la piscina

Aloha!



Pues sí, amigos. Resulta que este último fin de semana Finlandia ha sido el lugar más calido de Europa. Así, sin avisar y sin anestesia ni nada. ¡Y vosotros que pensábais que veníamos aquí a pasar mas frío que pelando rábanos! Nada más lejos de la realidad. Llevamos unos días sobrepasando ampliamente los 20°C de temperatura, y ayer incluso cayó una tormenta tropical superfuerte de una media hora (algo típico del monzón) que hizo que no pudiese salir de casa a tiempo para llegar puntual al ensayo. ¿Qué será lo próximo? ¿Crecerán cocoteros en el Kauppatori? ¿Llegarán delfines rosados al río Aura? ¿Se posarán guacamayos en nuestro balcón? No de descarta ninguna de estas posibilidades. Lo que realmente me preocupa es ver qué hago ahora con mi mono de esquí y mis patines de hielo. Los guardaré para cuando viaje al frío Sur de Europa.



Como sabemos que es duro vivir en un país como el vuestro con un clima tan desagradable, desde Pelando Rábanos queremos llevar a cabo una labor social y haceros partícipes de cómo se vive en un país tropical como Finlandia, y concretamente en su ciudad más cálida: Turku. Porque al estar situada en el extremo suroeste, este punto es el más caliente del país, y habría que confirmar si incluso de toda escandinavia. Le mandaremos un mail al palangano Maldonado para ver qué opina del tema.


Un día cualquiera en Turku comienza con un buen desayuno en el balcón. Se está muy bien al solecito matutino, pues es mucho menos fuerte que el sol del mediodía. La única pega es que hay que tener cuidado y no dejar el plato solo porque los tucanes llegan y se comen las tostadas.
Se desayuna con tranquilidad, porque con un calor tan sofocante es malo hacer esfuerzos. Mejor tomarse la vida con parsimonia.



Una vez lleno el buche, una buena opción para continuar la jornada tropical es irse a la piscina para hacer la digestión. Lo único malo es que con el calor que haciendo últimamente, hay bastante gente en la cola de la entrada (se adjunta foto). Pero como el finés es un pueblo desarrollado y educado (del primer mundo, vamos) no importa que el sitio esté lleno, ya que no hay peligro de que te toque al lado una familia con Radiolé a toda pastilla, con perro ladrador y mordedor, con niños asilvestrados descontrolados... Todo es paz y armonía en la piscina, el lugar perfecto para sestear sobre el césped a la sombra de un árbol. Sí es verdad que de vez en cuando se escucha algún grito, sobre todo proveniente de muchachos que se agolpan para tirarse del trampolín, pero curiosamente estos gritos suelen ser en la lengua de Cervantes, o en la de Berlusconi.

Muchos nos habéis preguntado si la piscina era cubierta, si calentaban el agua, si la gente se ponía bañador y se metía a bañarse... Adjuntamos una serie de instantáneas demostrativas de que es una piscina normal y corriente, como las que hay en todos los sitios de veraneo, con las únicas diferencias de que no hay canis, y de que en los vestuarios hay sauna.











Esto ha sido todo en esta primera parte de Turku Tropical. Esperamos que hayáis disfrutado junto a nosotros (aunque sea indirectamente) del veranito finlandés, y que hayamos contribuido a derribar algunos mitos que seguro estaban en vuestras cabezas antes de ser lectores de Pelando Rábanos.

Durante esta semana publicaremos una segunda parte (al menos) contando más detalles sobre la vida en la cálida Finlandia.

Saludos tropicales!

martes, 11 de mayo de 2010

Viva el cambio climático!

Atiende qué nivelazo!



Sí, Sevilla a la izquierda, Turku a la derecha. Y no es photoshop. Podeis comprobarlo en cualquier página meteorológica.

Qué pena que con el tema del volcán no podáis venir a este paraíso terrenal y tengais que aguantaros pasado frío en vuestros lugares de origen. Pero tranquilos que desde Pelando Rábanos os mantendremos puntualmente informados de cómo se vive en un país tropical como Finlandia.

Agur!

domingo, 9 de mayo de 2010

Pelando Rábanos sobre ruedas

Quiubo mijitos!

En Pelando Rábanos estamos de estreno. Hemos pasado a un nivel evolutivo superior. Se acabó el tiempo de ser un pringao que va andando a todos lados. Tras la desaparición del hielo en la ciudad, hemos decidido convertirnos en personas decentes y adquirir un par de bicicletas Made in Finland!



Y es que parece que por fin llega el buen tiempo. Si consultáis la meteo de Turku, para la semana que entra se anuncian más de 20ºC, todos a la vez. Habrá que ir sacando los abrigos de verano.

Volviendo al tema bicicleteiro, todos coincidiréis en que cuando hace bueno apetece un montón ir a conocer los alrededores de la ciudad, para lo cual una bici se presenta como la mejor opción. De ahí que en la última semana hayamos decidido hacernos con un par de bellas ciclas.

Desde Pelando Rábanos apostamos por las cuatro R: reciclar, reparar, reutilizar y reducir (el consumo, se entiende). Por eso no nos hemos comprado bicis nuevas (aunque nuestros millonarios salarios nos lo habrían permitido sin problemas) sino que decidimos adquirir modelos locales y usados. Así cuidamos el planeta, fomentando el localismo frente a la globalización, y seguimos a pies juntillas las cuatro R. Y a continuación, pasamos a contaros el maravilloso origen de ambas bicicletas.



La Negribici es la azul/morada (ved la foto y decidid vosotros mismos qué color es ese), y la compramos de segunda mano en una tienda cercana a la casa. Está en perfecto estado, y mola porque tiene freno de tambor de esos que hay que darle para atrás a los pedales. Es de marca TUNTURI. Y ahora, se siente pero toca un poco de paliza histórica abuelo cebolleta style. Las bicis Tunturi (pronunciado algo así como túnturri) son originarias de Turku. Su origen se remonta a los años 20, cuando unos hermanos turkulainens pusieron un taller de reparación de bicicletas, que con el tiempo fue creciendo y evolucionando hasta ser la marca de bicis más extendida en Finlandia y parte de Europa. Estaban hechas en una fábrica aquí al lado, pero con la globalización llegó la deslocalización de las empresas y ahora las fabrican en Hungría. Pero nunca perderán su espíritu suomi.

La Nandibici es la verde con la horquilla amarilla. Tiene una historia más auténtica, con comienzo triste melodramático pero con final feliz. Fue abandonada a su suerte en el Kauppatori por algún ser malvado, que la dejó herida en la rueda de atrás y sin candado. La pobre bici pasó varios días de sufrimiento y soledad a la intemperie hasta que una amiga erasmus con un gran corazón la rescató y la llevó refugiada a la student village. Allí estuvo un tiempo hasta que la buena joven no tuvo más remedio que deshacerse de ella por no poder atender sus necesidades. Entonces yo me ofrecí a repararla y a proporcionarle un lugar digno donde cobijarse. Me la llevé al turunkeli, la acomodé en el balcón, compré repuestos, la reparé, y desde entonces es mi inseparable compañera de viajes.

Una vez provistos de nuestras MacNíficas bicis, lo próximo fue la seguridad. Los seguidores habituales del blog ya sabréis que a los finlandeses les gusta usar el casco para todo, como para hacer esquí, patinar sobre hielo, e incluso para jugar al béisbol finlandés! Por eso nos compramos unos cascos mega-guays, que además nos servirán para cuando tengamos los patines. Ya están temblando los free-stylers turkulainens!



Pues esa han sido las historias de nuestras bicis turkulainens. A ver lo que nos duran. Turku es un lugar supertranquilo y seguro donde nunca pasa nada, pero según me han informado, las bicicletas son una de las pocas cosas que roban. Ya conozco a 2 personas a los que han robado 1 bici por aquí. Por lo visto hay mafias que las llevan hasta Estonia para venderlas allí. Claro que esto no es nada si lo comparamos con Sevilla, donde conozco a miles a los que les ha desaparecido la bici. Por ejemplo, a mi amiga Marikerstain la suya le duró tan sólo 1 noche, curiosamente aparcada en el bloque donde yo vivía, pero tengo coartada para demostrar que no fui yo. Mi amiga Bea tuvo más suerte en su barrio y pudo disfrutar la suya durante al menos 4 días. Y mi compi Caracol ya va por su quinta bici desde que llegó a la capital andaluza, pues le han mangado 4, y aparte varias veces le han roto cosas al no poder llevarse la bici entera (hay que ser hijodep...).

Esperemos que a nosotros nos duren al menos hasta que llegue el invierno, y esta temporada primavera/verano os podamos contar mil y una aventuras sobre ruedas.

Moi moi!

domingo, 2 de mayo de 2010

Vappu!

Moi!

Durante todas las semanas anteriores había estado escuchando hablar de vappu, que es una especie de fiesta de la primavera que intentaré narrar a continuación.



El ambiente me recordó mucho al que se vive en Sevilla antes de la feria, donde es casi el único tema de conversación, la gente hace planes para juntarse y celebrar, queda con viejos amigos...
Se trata de la segunda fiesta más importante en Finlandia, tras la del 25 de Junio. Vappu es una especie de celebración de la primavera que se hace en los días 30 de Abril y 1 de Mayo. Aunque los estudiantes ya un par de días antes ya andan de fiestuki por las calles turkulainens. Y este año ha coincidido que el equipo de Turku de hockey sobre hielo (recordemos que este es el deporte nacional) ganó el miércoles la copa de nosequé, por lo que en la ciudad se adelantaron las celebraciones de vappu.
Vamos a intentar explicar en qué consiste la cosa. Lo explicaremos dividiéndolo en el previo y los 2 días principales, obviando las celebraciones de trofeos de hockey o los estudiantes borrachuzos festejando el pre-vappu.

Días previos
En el trabajo se nota el ambiente festivo desde semanas atrás, pero por la mañana del jueves la cosa se empieza a poner interesante. Para que veáis la relevancia del evento, normalmente tenemos group-meeting los viernes, pero mi jefe lo adelantó al jueves para que no coincidiera con el vappu. Ese jueves, en el edificio nos dieron a probar el alimento típico de estos días: una bebida llamada sima, que es una especie de sidra o algo así (curiosamente sin alcohol), y una comida dulce llamada mukki, que son unos donuts con especias, y que vendrían a ser el equivalente a las torrijas durante la semana santa. Y el group-meeting pre-vappu lo celebramos comiendo mukkis y bebiendo sima.
Además de en el trabajo, en los días previos a vappu había visto por la ciudad a muchos grupos de jóvenes vistiendo unos pantalones llenos de parches, todos de el mismo color. Luego me contaron que eso son los estudiantes universitarios, que por tradición se visten así y se van de fiesta. Mola, porque así uno se ahorra el "qué me pongo", y el tener cambiar de traje cada año para ir a la moda. Aquí van todos igual, solo que cada año el mono tiene más parches y más mierda.




Día 1: viernes 30 de Abril
Ya el viernes, mucha gente directamente no va al trabajo. En mi edificio había laboratorios que estaban cerrados, o sea que no había ido ni la Töti. Yo sí fui, porque uno es un pofesioná.
A eso de la media tarde, la gente sale al exterior en dirección a Aurakatu, la calle que da al museo de bellas artes. Allí hay una curiosa tradición: a las 6 de la tarde, tras un discurso que da un payo en puro finés y del que no entendimos ni papa, toda la gente se pone unos gorros blancos, y descorchan champán y brindan. A partir de ahí, ya se pasan ese día y el siguiente con los gorros puestos, bebiendo, que es el fin último de cualquier celebración que se precie. Estas gorras blancas se las ponen los que han acabado los estudios de secundaria, que son casi todos, pero que parece ser que para los finlandeses es algo superimportante. Lo llevan gentes de todas las edades. Dicen que da mala suerte lavar la gorra, por lo que hay muchas que ya de blanco tienen más bien poco. Adjunto unas capturas del momento en cuestión.





Tras el evento de las gorras, cada uno va a celebrar donde puede. Si hace bueno en un parque, si hace menos bueno en los bares, o en alguna casa de alguien. Nosotros estuvimos un rato en la colina colindante al museo, junto con otros muchos jóvenes locales enfundados en sus coloridos petos parcheados, y cuando nos entró fresquete nos subimos a casa de un italiano a seguir con el carrete. Luego salimos a comer, y continuamos la noche en un bar, del cual hablaremos en otra ocasión con más detalle, pues se ha convertido en uno de los lugares en el Top 3 Favourite places de Pelando Rábanos.




Día 2: sábado 1 de Mayo
El día después es tradicional ir a hacer un picnic a un parque que hay al lado del antiguo observatorio astronómico de la ciudad, que por suerte está cerca de donde vivimos. Todos llevan los petos parcheados y las gorras blancas (menos nosotros). Como el día acompañaba, preparamos un nutritivo almuerzo y salimos hacia el parque. Allí comimos, y luego nos fuimos encontrando a gente hasta que nos juntamos un grupo bastante variopinto. Cuando se hacía tarde, propusimos venir a nuestra casa, por ser la más cercana, a seguir celebrando el vappu. Ya que había un italiano, aprovechamos y le obligamos a preparar pasta. Fuimos al Siwa (un supermercado) a abastecernos de más cervezas, y aquí estuvimos hasta tarde. En la última foto está el equipo al completo. De izquierda a derecha: Juan el cordobés (al cual le he mangado las dos últimas fotos de su blog), Katri la finesa (la única con derecho a llevar gorro blanco), Nando el sevillalainen, Pablo el chileno, Michele el italiano, y la Negris la colombiana.









Y así transcurrió nuestro primer vappu. Una experiencia única. Ya estamos ahorrando para comprarnos los gorritos blancos y los petos de parches, así nos sentiremos totalmente integrados el año que viene.

Arrivederci!